lunes, 24 de febrero de 2020

Sobre el origen de los Michel

Según investigaciones del genealogista Alfredo Peña Pérez II, los primeros pobladores de la ciudad de Guadalajara fueron 63 (en 1542), entre los que se encontraba la familia Michel, encabezada por Juan Michel y su hermano Cristóbal de Ordóñez. Ambos ancestros de mi familia materna. Los dos eran de los pocos sobrevivientes de la Guerra del Mixtón (una serie de enfrentamientos bélicos entre varias tribus indígenas —denominadas de forma genérica chichimecas— pertenecientes a la audiencia de Nueva Galicia (hoy Jalisco), al poniente de la Nueva España, que se sublevaron contra el ejército español a mediados del siglo XVI). Juan se casó con la viuda de Francisco de la Mota y no tuvo hijos de su sangre. Su hermano Cristóbal fue el que dio continuación al apellido con sus hijos y lo hizo como apellido compuesto: Michel-Ordóñez. Juan Michel recibió escudo de armas de mano del rey Carlos I de España por sus servicios a la corona.
  No tenía noticia de que mi familia tenía escudo de armas, mismo que aparece en la portada de este libro.

jueves, 20 de febrero de 2020

De cómo empezó la familia García Michel

Soy hijo de dos niños consentidos. No sé si eso sea bueno o sea malo. Lo que sí sé es que esa circunstancia determinó mi infancia y, con ella, mi vida toda. Soy hijo de un niño y una niña a quienes se les consintió casi todo. Un niño y una niña que nacieron en familias pudientes y sin premuras económicas. Un niño y una niña que crecieron protegidos por el amor y los cuidados de sus padres, según se entendían el amor y los cuidados paternos y maternos en los años veinte del siglo pasado. Que esos dos hijos consentidos se encontraran en 1940 –a sus respectivos diecinueve y dieciocho eneros–, se enamoraran y se casaran cuatro años más tarde fue una determinación del caprichoso destino que moldea nuestras existencias. Fruto de ese encuentro y de ese matrimonio fuimos mis cuatro hermanos y yo, los cinco hijos de aquellos dos niños consentidos. Así apareció, en 1944, en el pueblo de Tlalpan, al sur profundo del Distrito Federal, capital de la república mexicana, la familia García Michel.
  Mi padre se llamaba Juan Rubén García Ayala. Mi madre se llama María Rebeca Michel Ruelas. Juan nació en Mixcoac, DF, el 2 de enero de 1921. Rebeca vino al mundo en Autlán de la Grana, Jalisco, el 10 de enero de 1922. Los dos eran habitantes de Tlalpan desde finales de los años treinta. Juan vivía con sus padres, mis abuelos Emiliano y Guadalupe, en la “Quinta Guadalupe”, en la esquina de las calles Coapa y Tesoreros, hoy colonia Toriello Guerra. Rebeca lo hacía en la “Quinta María”, sobre la calle Madero, a una cuadra del Zócalo de Tlalpan, como se le decía al parque central del entonces todavía pueblo. Se casaron el 5 de octubre de 1944, en la iglesia de San Agustín de las Cuevas, en pleno centro del poblado. Así empezó todo.

lunes, 10 de febrero de 2020

Los Rodríguez, los Michel y el cine mexicano

Mi familia materna tiene una relación muy cercana con el cine mexicano, en especial con el primer cine sonoro y con la llamada época de oro del cine nacional. Mi abuela María se apellidaba Ruelas Santana y era originaria del pueblo de Autlán de la Grana, Jalisco. Su prima Maclovia era la mamá de Enrique, José (Joselito), Emma, Roberto e Ismael Rodríguez Ruelas. Exacto: los mismísimos hermanos Rodríguez. Los mismos que introdujeron el cine sonoro en México y los mismos que descubrieron nada menos que a Pedro Infante, posiblemente el mayor ídolo popular que ha dado nuestro país en todos los ámbitos.
   Contaba mi madre (hoy su memoria lo ha olvidado) que cuando llegó a la Ciudad de México, a finales de los años 30 del siglo pasado, ella y su hermana Raquel solían acompañar a su primo Ismael Rodríguez a la estación radiofónica XEW, para asistir a los programas “en vivo” que ahí se producían. En realidad, la intención de Ismael no era la de ir como simple espectador, sino la de descubrir talentos para las películas que él y sus hermanos empezaban a producir. Fue en uno de esos programas, en un concurso de cantantes, donde mi tío descubrió a Pedro Infante y le ofreció convertirlo en actor. La historia que siguió todos los mexicanos (bueno, no sé si también los millennials y la generación Z) nos la sabemos. Fue de esa manera que mi mamá conoció en persona a Pedro, cuando éste apenas hacía sus pininos. Ya después Infante filmaría con mis tíos películas como Nosotros los pobres, Los tres García, Los tres huastecos, Escuela de vagabundos, La oveja negra, A toda máquina (en la que actúa mi tía Emma Rodríguez en el papel de doña Angustias, la vecina de los dos motociclistas interpretados por Pedro Infante y Luis Aguilar) y tantas más, dirigidas casi todas por Ismael y algunas por Joselito. Hablando de mi tío Joselito, dos de sus hijos fueron actores: Pepito y Titina Romay, quienes protagonizaron películas tan olvidables como Pepito, as del volante o El misterio del Huracán Ramírez. Ni hablar.
   Además de convivir con sus primos Rodríguez, por el lado de los Ruelas, mi mamá, Rebeca Michel Ruelas, también se llevaba muy bien con otra prima del medio artístico, aunque esta era por parte de los Michel: la eximia actriz Isabella Corona. Me cuenta mi hermana Myrna que nuestra madre solía hablar muy impresionada de la cama giratoria que Isabella tenía en su recámara y que le permitía, por ejemplo, alcanzar el teléfono sin tener que moverse de su lugar, haciendo girar mecánicamente su enorme lecho.
   Otros parientes nuestros del medio cinematográfico eran los Philips, ya que el camarógrafo canadiense Alex Philips se casó con una prima de mi abuela de nombre Alicia Bolaños. Don Alex fue director de fotografía de todo tipo de cintas, desde las legendarias Santa (primera película sonora mexicana –sí, con el sistema de sonido que trajeron mis tíos Rodríguez de los Estados Unidos)– y La mujer del puerto hasta Robinson Crusoe de Luis Buñuel, Viento negro de Servando González y El castillo de la pureza de Arturo Ripstein, entre muchísimas más. Su hijo, Alex Philips Jr., fallecido en 2007, fue sobrino de mi abuela María y primo segundo de mi mamá. Mi tío Alex estuvo casado con la actriz Ofelia Medina, con la que procreó un hijo y quien, coincidentemente, tuvo su debut estelar en el cine en 1969, en la película Patsy, mi amor, dirigida por el cineasta Manuel Michel…, también primo de mi mamá, seis años menor que ella. Poco después, Ofelia se haría muy amiga de mi hermano, el cineasta Sergio García, con quien también haría un par de películas en Super 8.
   Por cierto, mencioné que mi abuelita María se apellidaba Ruelas Santana y que nació en Autlán, Jalisco, el mismo lugar donde en los años 40 nació el músico Carlos Santana, quien era su sobrino nieto y vendría a ser algo así como mi primo segundo. Pues eso.

domingo, 9 de febrero de 2020

Aquel debut de Octubre en la Casa del Lago

Era 1972, no recuerdo la fecha exacta. La primera presentación de Fede Cantú y yo en La Casa del Lago de Chapultepec. Teníamos 17 años y cantamos una decena de canciones mías. Habría otras tres presentaciones los siguientes domingos, pero en lugar de "Canción Joven" se llamaría "Canción Debate", porque al final debatíamos con el público sobre el contenido crítico de algunas de las piezas. 48 años ha.