domingo, 12 de abril de 2009
¿Calles son destino?
Por alguna extraña razón, a lo largo de mi vida he vivido casi siempre en calles con nombres extraños, estrambóticos y/o significativos. La primera calle (1955-1959) no fue tan rara: Coapa, en la colonia Toriello Guerra, en Tlalpan. La segunda (1959-1960) sólo tiene como misterio la identidad de la persona cuyo nombre lleva: Roberto Gayol, en la defeña colonia Del Valle, delegación Benito Juárez (hasta donde sé, Gayol fue un ingeniero nacido a mediados del siglo XIX que pronosticó el hundimiento del centro del Distrito Federal). Mi tercera calle (1960-1974), ya de regreso a mi pueblo natal, lleva (porque todavía existe, a dos cuadras del centro de Tlalpan) el corporativista y un tanto críptico nombre de Magisterio Nacional (no, hasta donde sé nunca vivió ahí Elba Esther Gordillo), en cuyo número 84 pasé los más importantes años de mi niñez y mi adolescencia. La cuarta (1974-2000) fue Once Mártires, colonia La Fama, en la misma delegación. A pesar de mi vocación de víctima, el nombre nada tiene que ver conmigo (aunque a veces me haya sentido un doceavo mártir) sino con once obreros huelguistas que ahí fueron fusilados por el régimen de Porfirio Díaz. Por último vino mi actual calle (2000 y hasta la fecha), Maximino Ávila Camacho, de nuevo en la Benito Juárez, aunque esta vez en la colonia Ciudad de los Deportes. Este Ávila Camacho fue hermano de Manuel, quien fuese presidente de la república de 1940 a 1946, y arrastraba una terrible fama pública (Ángeles Mastreta lo retrata en su novela Arráncame la vida). Al parecer, fue asesinado por gente muy cercana a él. Cosas de la vida: el hijo de Maximino, Manuel, fue amigo mío (me lo presentó Fernando Rivera Calderón), excelente persona, cosmopolita extraordinario, conversador prodigioso y buen lector de La Mosca en la Pared hasta antes de su muerte, acontecida en 2007.
Cinco calles a lo largo de mi vida, pero con nombres demasiado peculiares.
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A PESAR DE MI POCA VIDA RECORRIDA YO HE PASADO POR UN BUEN DE CALLES QUE AUNQUE NO SON EXTRAÑAS COMO ME HAN DEJADO MARCADO.
ResponderEliminarHASTA DONDE SE CRECI EN UNA CALLE LLAMADA COCOTEROS EN LA COLONIA NVA. STA. MARIA ALLA POR AZCAPOTZALCO, AL LLEGAR LA SEPARACION DE MIS PADRES CADA QUIEN SE FUE POR SU LADO Y MI HERMANA Y YO TERMINAMOS CON MI MAMA EN LA CASA DE MIS TIOS EN LA CALLE GUILLERMO PRIETO EN LA COLONIA SAN RAFAEL AHI DONDE SE ENCUENTRA EL FAMOSO RESTAURANTE LA POLAR.
ESO FUE EN LA EPOCA DE LA PRIMARIA, DURANTE LA EPOCA DE LA SECUNDARIA Y PARTE DE LA PREPA VIVI EN UNA CIUDAD PERDIDA POR EL METRO FERRERIA ASI, QUE EN EL PERIODO DE 1994 A 1998 NO TUVE CALLE.
YA CUANDO MI HERMANA Y YO LABORAMOS PARA AYUDAR A MIS PADRES (YA SE HABIAN RECONCILIADO), PAGAMOS UNA RENTA Y VIVIMOS EN LA CALLE CAMPO MANATITLAN EN LA COLONIA REYNOSA TAMAULIPAS.
DE AHI REGRESAMOS A GUILLERMO PRIETO NO CON MIS TIOS PERO SI RENTANDO, ME CASE Y VIVI EN LA CASA DE MI SUEGRA, EN MAR DE KARA EN POPOTLA, LUEGO RENTAMOS POR AZCAPO EN LA CALLE DE DURAZNOS MI MUJER Y YO, NOS DIVORCIAMOS Y REGRESE CON MIS PAPAS.
POR AQUEL AÑO DEL 2002 A MI PADRE LE DIERON SU CASA POR PARTE DEL INFONAVIT ALLA POR IXTAPALUCA, ASI QUE DESPUES DE MI FRACASO LLEGUE HA AV. GRANIZO EN LA COLONIA CUATRO VIENTOS.
CONOCI MI ACTUAL ESPOSA Y ME FUI PARA EL MUNICIPIO DE NEZAHUALCOYOTL A LA CALLE LA ARDILLA DE LA COLONIA BENITO JUAREZ.
DESDE DEL 2006 HASTA LA FECHA VIVO EN ESA CALLE.
COME VERAS ALGUNAS SON RARAS, OTRAS NORMALES, FRUTALES Y HASTA ANIMALES PERO ME HAN DEJADO MUY BUENOS RECUERDOS.
¡Vaya, Hugo! Estuviste en algunas calles por las cuales yo anduve durante algunas épocas de mi vida (sin necesariamente vivir en ellas). Tales son Magisterio Nacional (por donde caminaba detrás de mi primer amor en la Secundaria 29 "Don Miguel Hidalgo y Costilla") y Once Mártires, por donde entraba para asistir a mi reunión sabatina de scouts (ups...), la cual tenía lugar justo en la explanada de la iglesia de San Pedro (Pedrito, le decían de cariño... creo).
ResponderEliminarNo cabe duda, el sur es de lo más hermoso del Distrito Federal.
Con todo y lo gacho de esta ciudad, la amo. ¡Grueso, we!
¡Saludos!